El alcalde de Totana, Juan Pagán, compareció esta mañana junto al jefe de Protección Civil, Juan Antonio Martínez, el comisario de la Policía Local, Alfonso Canales, el subinspector José Cifuentes, el concejal de Servicios, Antonio Martínez Belchí, y el concejal de Seguridad, Francisco Javier Tudela  para ofrecer un balance detallado de los incidentes provocados por las intensas lluvias registradas en el municipio durante las últimas horas. El objetivo prioritario del dispositivo coordinado fue minimizar los daños y, especialmente, evitar víctimas personales, pese a los momentos de gran preocupación y nerviosismo vividos durante el episodio.

Las precipitaciones alcanzaron registros excepcionales, con 283,4 litros por metro cuadrado en La Charca y entre 206 y 249 litros en distintos puntos del casco urbano. En las pedanías, los acumulados oscilaron entre 120 y 130 litros, siendo El Raiguero la zona donde menos lluvia se registró. Esta enorme cantidad de agua provocó caudales “muy impresionantes” en la Rambla de La Santa y en la Rambla del Cementerio.

El episodio comenzó con alerta amarilla, pasó a alerta naranja a las 14:30 horas y finalmente se decretó alerta roja a las 00:30 de la madrugada, no por la intensidad puntual de las lluvias, sino por la gran acumulación registrada. Afortunadamente, entre la 1:30 y las 2:00 de la mañana los niveles de las ramblas comenzaron a estabilizarse y a descender, coincidiendo con el cese de las precipitaciones.

Actuaciones de emergencia y rescates

El jefe de Protección Civil, Juan Antonio Martínez, explicó que la agrupación se mantuvo activa desde la noche anterior, movilizando a un total de 16 voluntarios. Durante el episodio se realizaron 86 asistencias y se atendieron más de 300 llamadas, en coordinación permanente con Policía Local, Guardia Civil y el Consorcio de Bomberos.

En total, se rescataron entre 12 y 13 personas, principalmente en las zonas bajas del municipio, por debajo de la carretera Nacional 340, donde varias personas quedaron atrapadas en vehículos o en sus negocios tras intentar cruzar ramblizos y cauces secundarios. En algunos casos, los afectados lograron ponerse a salvo en zonas elevadas hasta la llegada de los equipos de emergencia.

El comisario Alfonso Canales destacó la conducta responsable de la ciudadanía, que contribuyó decisivamente a evitar consecuencias más graves. La Policía Local realizó rescates directos, entre ellos el de una persona atrapada en su vehículo en la Rambla de Los Catres y el de otra que cayó en un socavón en el Camino del Colmenar.

La Nacional 340, que tuvo que ser cortada completamente al quedar inundada en varios tramos, ya se encuentra abierta al tráfico, aunque se insiste en extremar la precaución. Policía Local y Protección Civil mantuvieron durante toda la noche una vigilancia constante de los caudales, descartándose finalmente el envío de un mensaje de alerta masiva a la población al mejorar la situación.

Los arrastres han afectado a numerosos caminos rurales, como Los Mortolitos, C7, C8 y Virgen de la Huerta, y se han registrado desprendimientos y socavones en distintos puntos del término municipal. Desde los cuerpos de seguridad se insistió en la importancia de respetar las señalizaciones y no intentar cruzar zonas inundadas, ante el riesgo de oquedades ocultas bajo el agua.

Daños en infraestructuras y agricultura: posible zona catastrófica

El alcalde Pagán subrayó que los daños son muy cuantiosos, tanto en infraestructuras como, especialmente, en el sector agrícola. Tras contactar con organizaciones agrarias y con la Consejería de Agricultura, el Ayuntamiento valorará solicitar la declaración de zona catastrófica, una decisión que se tomará una vez evaluados y cuantificados los perjuicios.

Las pérdidas afectan de manera significativa a cultivos como lechuga, brócoli y alcachofa, donde la entrada de agua y lodos ha arruinado numerosas plantaciones. El alcalde explicó que la evaluación técnica podría tardar entre 8 y 10 días, y que esta declaración permitiría activar ayudas importantes para agricultores e infraestructuras, aunque sin compensar completamente las pérdidas sufridas.

En cuanto a las comunicaciones, la carretera D-22, de titularidad autonómica, continúa siendo la más problemática debido a que el agua de la Rambla de Lébor sigue descendiendo. El alcalde recordó que la solución estructural pasa por la construcción de una presa de laminación, un proyecto paralizado en 2018 que evitaría las recurrentes inundaciones en una de las zonas agrícolas más fértiles del municipio.

Servicios municipales y suministro de agua

El concejal de Servicios, Antonio Martínez Belchí, informó de incidencias en el suministro de agua potable. En El Raiguero, el corte se prevé subsanar en torno a las 16:00 horas, mientras que la avería en El Paretón, de mayor complejidad, quedará solucionada previsiblemente a última hora de la tarde. También se han detectado problemas de presión en barrios como El Parral y la zona baja del casco urbano, que se irán resolviendo a lo largo del día.

Actualmente, ocho vehículos de maquinaria pesada trabajan en la limpieza de arrastres en caminos municipales. Desde el Ayuntamiento se pide paciencia a los vecinos, ya que se está priorizando la atención a las incidencias más graves, con el objetivo de que los accesos a viviendas y caminos estén transitables entre hoy y mañana.

Evaluación del AVE y agradecimientos

Por último, el alcalde confirmó que los técnicos municipales están evaluando los posibles efectos del terraplén del AVE sobre los cauces, especialmente en la zona de la variante, tras lo ocurrido durante este episodio de lluvias. Los resultados de estos informes serán trasladados a ADIF y a las administraciones competentes.

Pagán agradeció expresamente la colaboración del personal del almacén municipal, así como la plena disposición mostrada por los grupos políticos de la corporación (PSOE, VOX y concejal no adscrito) en un momento especialmente complejo para el municipio.

Este episodio meteorológico extremo ha puesto de manifiesto tanto la magnitud de la fuerza de la naturaleza como la necesidad de reforzar las infraestructuras preventivas para proteger a la población y al sector agrícola de Totana frente a futuras lluvias torrenciales.