"LOS TRILEROS"

No sabría explicar la razón, pero siempre me ha atraído observar de cerca a "trileros" y tramposos que se aprovechan de la inocencia ajena mediante el engaño. Recuerdo las "timbas" para jugar a la "ligá" en la zona baja de la calle Las Navas. El "Valdáo", el "Habichuela" y otros "vecinos insignes" del Zoco, mostraban sus habilidades en el juego de la baraja, con dinero de por medio.

En los años 60, el juego estaba totalmente prohibido y mi abuela, Eusebia, tardaba muy poco en llamarme a voz en grito:

- ¡¡¡Juan Josééé...!!! ¡¡¡te tengo dicho que no quiero verte cuando estén jugando a la baraja!!!

- Pero abuela... Si yo no estoy haciendo nada...

- ¿Tu no sabes que si viene la Guardia Civil a los primeros que se llevan es a los que están mirando como juegan?

A pesar de los desvelos de la Eusebia, mi curiosidad ante lo prohibido, no iba a ser fácilmente vencida. En las Ferias (Recuerdo la de los Burros y no se la razón), venían otros "trileros" profesionales, que movían con una agilidad pasmosa los tres cubos, para que los "pardillos" adivinasen donde estaba la "cascara de naranja" que nunca acertaban y perdían el dinero de la apuesta, por fácil que pareciese adivinarlo.

"Éste, nunca pierde..." pensaba yo. Bueno, a veces, perdía ante otro personaje (siempre el mismo) que al rato, ya había adivinado yo era "el gancho" para hacer ver a los inocentes que "si se podía ganar" al "trilero"

Otros método muy curioso de engañar, eran las ruletas. En una tirada, si conseguías que parase en el "premio", podías ganar hasta un reloj, un billete de 500 pesetas... Algo que nunca sucedía porque el alambre donde estaban los premios, tenía un separación que no permitía parase nunca en ellos.

Un crio como yo, lo que observaba y me extrañaba es como personas inteligentes (se suponía), pretendían ganar el reloj o el billete azul de quinientas, cuando con un poco que se fijase, llegaría a la conclusión que era imposible conseguir ese premio por mucho que apostasen. ¿Cómo será la gente tan tonta que no se da cuenta?, me preguntaba yo en silencio, con una disimulada admiración por el "trilero" y su "mérito".

Han pasado los años y los "trileros", se han sofisticado. Ahora son "negocios Piramidales", Inversiones Fantasmas, Convenios Urbanísticos, Proyectos del copón que nos van a "amillonar". Pero siempre, los personajes se mantienen: El "trilero", el inocente (que quiere hacerse rico) y el "gancho" que enseña el camino a segundo.

Observando las últimas noticias (también locales), me viene al recuerdo aquellas vivencias de las que aprendí mucho, solo observando en silencio. A pesar de los temores de mi abuela, Eusebia. Ella pensaba que podría ser víctima de aquellos "profesionales del engaño".

Su "máxima" de "Oir, ver y callar..." también me ha servido y me sirve mucho, pasado más de medio siglo. Los "trileros" y sinvergüenzas, siguen campando a sus anchas.

Publicado por Juan José Cánovas el 7 de febrero de 2016

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